Este no es el hombre con el que me casé: Los silencios que destruyen un hogar
Me llamo Mariana y creí haber encontrado la felicidad junto a Andrés, sobre todo después de tener a nuestros mellizos, Tomás y Lucía. Sin embargo, con los años, Andrés cambió y la presencia constante de su madre, doña Carmen, comenzó a invadir nuestra vida. Nuestra relación se fue desgastando entre reproches no dichos, críticas y la dolorosa sensación de que ya no reconocía al hombre que amaba.