¿Me esperarás?
En medio de una noche lluviosa en Bogotá, me miro al espejo y me pregunto si aún queda algo de la mujer que fui. La vida me ha llevado por caminos de sacrificio y soledad, atrapada entre el deber hacia mi familia y el miedo a quedarme sola. Hoy, a mis cincuenta años, me enfrento a la pregunta más difícil: ¿todavía tengo derecho a soñar y esperar que alguien me espere?