Después de la boda, descubrí que mi esposo solo escuchaba a su mamá: Lamento haberme dejado controlar tanto tiempo
Mi matrimonio con Alejandro se transformó en una lucha diaria por mi dignidad cuando entendí que su madre, doña Carmen, decidía cada aspecto de nuestra vida. Acepté mudarme a su casa, dejando atrás mi independencia y mi pequeño departamento en la Ciudad de México. Hoy me pregunto por qué no luché antes por mí misma, antes de perderme en el intento de complacer a todos menos a mí.