A los sesenta, el amor me sorprendió entre zanahorias y recuerdos

A los sesenta, el amor me sorprendió entre zanahorias y recuerdos

A los sesenta años, tras la muerte de mi esposo y el distanciamiento de mis hijos, creí que la vida ya no tenía sorpresas para mí. Pero un día en el mercado de mi barrio en Buenos Aires, un vendedor de verduras llamado Ernesto me devolvió la ilusión y el deseo de volver a sentir. Esta es la historia de cómo el amor puede florecer cuando menos lo esperas, incluso en medio de prejuicios y viejas heridas familiares.

Nunca es tarde para amar: Mi segunda primavera

Nunca es tarde para amar: Mi segunda primavera

Soy Maritza, una mujer de 56 años de Medellín, que tras la muerte de mi esposo, luché contra la soledad y el juicio de mi familia. Todo cambió cuando conocí a Tomás, un hombre que me devolvió la esperanza y el deseo de vivir, pero también me enfrentó a los prejuicios y las heridas no sanadas de mi entorno. Esta es la historia de cómo aprendí a escuchar mi corazón en medio del dolor y la incomprensión.