La noche en que Staś tocó mi puerta

La noche en que Staś tocó mi puerta

Durante mis años universitarios en Bogotá, compartí pasillos y secretos con tres amigos inseparables. Todo cambió la noche que la hermana de uno de ellos, Valeria, jugó a la ouija y desató algo que nunca debimos invocar. Desde entonces, la presencia de un niño llamado Staś marcó nuestras vidas para siempre, obligándome a enfrentar el miedo, la culpa y el peso de lo inexplicable.