El precio de un verano: la abuela, la playa y el silencio de mi hija
Mi nombre es Mariana y, entre gritos y reproches, descubrí que el amor de una abuela puede ser tan complicado como cualquier otro. Mi madre, doña Rosa, sueña con llevar a sus nietos a la playa, pero su manera de pedir ayuda económica desata viejas heridas familiares. Entre la ilusión de los niños y la realidad de nuestras vidas en Guadalajara, aprendí que a veces el mar está más lejos de lo que parece.