Cinco minutos y una taza de té: Lo que nunca se dice en familia
Una tarde inesperada, mi suegra llegó sin avisar y no le ofrecí té. Ese pequeño gesto desató una tormenta en mi matrimonio y me obligó a enfrentar heridas antiguas y los silencios que nos separan. Entre expectativas familiares y mi propio deseo de ser escuchada, descubrí que a veces lo más doloroso es lo que nunca se dice.