El precio del silencio: la deuda de mi hijo
Un día recibí la llamada desesperada de mi hijo Julián, pidiéndome ayuda para saldar unas deudas. Sin saber la verdad, tomé un crédito para ayudarlo, solo para descubrir después que todo era consecuencia de su adicción al juego. Ahora, con el peso de la deuda sobre mis hombros y el silencio en casa, me pregunto si hice lo correcto.