No hay nada que lamentar: Verano en el malecón de Valparaíso
Sentados en el malecón de Valparaíso, mi mejor amigo y yo mirábamos cómo las gaviotas atrapaban migas de pan lanzadas por niños. Acabábamos de terminar la universidad y teníamos dos meses de libertad por delante, pero una pregunta aparentemente inocente desató recuerdos, heridas familiares y decisiones que cambiarían mi vida para siempre. Esta es la historia de cómo enfrenté el peso de las expectativas, el miedo al futuro y la búsqueda de mi propio camino.