Mi familia, mis parásitos: La batalla por mi propio hogar
Desde el primer día que compramos la casa en las afueras de Medellín, mi esposo Julián y yo soñamos con un refugio propio. Pero nuestra familia, siempre lista para aprovecharse, convirtió nuestro hogar en un hostal gratuito. Después de años de abuso, decidimos poner límites, aunque eso significara enfrentarnos a quienes más amamos.