La mesa que nunca fue mía
Mi vida cambió la noche en que mi esposo, Julián, me recordó que mi lugar no era en la mesa, sino sirviendo a los demás. Entre ollas, silencios y sueños rotos, descubrí que mi felicidad no podía depender de mantener contentos a otros. Esta es la historia de cómo aprendí a reclamar mi propio espacio en un mundo que siempre me quiso invisible.