El día que aprendimos el peso de las palabras

El día que aprendimos el peso de las palabras

Una tarde, mi hijo Emiliano hirió a un compañero con sus palabras. En vez de castigarlo, lo llevé a comprender el dolor que pueden causar nuestras voces y juntos buscamos el valor de la empatía y el perdón. Ese día, ambos descubrimos que las palabras pueden sanar o destruir, y que elegirlas bien es un acto de amor.