Milagro Tardío: Entre la Dicha y la Culpa de Ser Padres a los Cuarenta
Después de años de intentos fallidos, mi esposo y yo finalmente tuvimos a nuestra hija, Valentina, cuando yo ya tenía cuarenta años. La felicidad inicial pronto se vio opacada por el miedo y la culpa al darnos cuenta de que, en nuestro afán de compensar el tiempo perdido, podríamos estar malcriando a nuestra hija. Esta es la historia de cómo el milagro más esperado puede traer consigo desafíos inesperados y preguntas difíciles sobre el amor y los límites.