¡Vinimos a Celebrar, Pero No Abres la Puerta!
Mi nombre es Mariana y, desde que me casé con Julián, las celebraciones familiares se convirtieron en una pesadilla. Mis suegros y cuñados llegaban sin avisar, esperando banquetes y atenciones, mientras yo me sentía invisible y explotada. Un día, decidí no abrir la puerta y todo cambió para siempre.