A los 48 años, la vida me sorprendió: «¿Embarazada? ¿En serio, Lucía?»
Nunca imaginé que después de los 40 volvería a escuchar la palabra ‘embarazo’ en mi vida. Tras un divorcio y con dos hijos adultos, creí que mi tiempo de criar había terminado. Pero la vida, con su ironía, me puso frente a un nuevo comienzo que sacudió a mi familia y a mi propio corazón.