Dos años después, me casé con un divorciado. Ahora pido el divorcio: la universidad de su hija nos ahoga en nuestro pequeño departamento
Me llamo Mariana y hace dos años me casé con Esteban, un hombre divorciado. Todo parecía ir bien hasta que su hija, Lucía, vino a vivir con nosotros para estudiar en la universidad, y nuestro pequeño departamento en la Ciudad de México se volvió un campo de batalla emocional. Ahora, enfrentada a la presión, la falta de espacio y los secretos familiares, me pregunto si el amor basta para sobrevivir a la realidad.