El secreto de las cinco y media
Mi esposo, después de años de indiferencia, empezó a ir a la iglesia todos los días a las 5:30 de la tarde. Al principio pensé que era una búsqueda espiritual, pero pronto descubrí que la fe no era la verdadera razón de sus visitas. Esta es la historia de cómo el engaño puede esconderse detrás de las rutinas más inocentes y cómo enfrenté la verdad que nunca imaginé.