Eché a mi esposo y a mis suegros de mi casa. No me arrepiento.
Una noche de tormenta, enfrenté a mi esposo y a sus padres, echándolos de mi casa tras años de abusos y silencios. Mi historia es la de una mujer que luchó contra el machismo, la presión familiar y la culpa, hasta encontrar su propia voz. Hoy me pregunto si la libertad siempre tiene que doler tanto.