El precio de la emoción: La noche que cambió mi destino
Durante una cena tranquila, confieso a mi esposa que la rutina me asfixia y que temo pasar mi vida con una sola persona. Su respuesta, inesperada y profunda, me lleva a un viaje de autodescubrimiento y dolor, donde la búsqueda de emoción pone en juego todo lo que creía seguro. Al final, comprendo que el verdadero riesgo no está en la monotonía, sino en perder lo que más amamos por no saber valorarlo.