El peso de las verdades calladas: El viaje de Magdalena hacia sí misma
A los 60 años, me encuentro sentada en la vieja mecedora de la casa de mi infancia en Puebla, preguntándome si alguna vez fui realmente dueña de mi vida. Entre recuerdos de un matrimonio largo y la presión constante de mi familia para volver a casarme, he aprendido a escuchar mi propia voz. Esta es la historia de cómo aprendí a soltar el miedo y abrazar mi libertad, aunque el mundo insista en que una mujer sola está incompleta.