Cuando mi suegra dijo: ‘¿Entonces estamos de acuerdo? Saquen el préstamo.’ Nadie me escuchó: Hice mis maletas y volví con mi mamá
Me casé con Julián a los diecinueve años, creyendo que el amor bastaba. Vivir con su familia fue una pesadilla de silencios y decisiones impuestas. El día que mi suegra quiso hipotecar nuestro futuro sin escucharme, supe que debía recuperar mi voz y mi vida.