Olvídala, muchacho: Una mañana de domingo en Medellín
Me llamo Julián y esa mañana de domingo cambió mi vida para siempre. Un golpe insistente en la puerta me despertó y, al abrir, me encontré con la noticia que me obligaría a enfrentar el pasado que tanto me esforcé por olvidar. Entre el dolor, la culpa y los secretos familiares, tuve que decidir si era capaz de perdonar y seguir adelante.