La familia que nunca tuve
Regresé a casa agotada tras un día interminable en la fábrica, solo para encontrarme con la presencia inesperada de mi suegra, Doña Carmen, invadiendo mi espacio una vez más. Entre tensos silencios y miradas de reproche, reviví el dolor de no sentirme parte de una familia verdadera, mientras luchaba por proteger mi pequeño mundo y mi dignidad. Esta noche, la confrontación era inevitable: ¿hasta cuándo podría soportar vivir en una casa que nunca sentí como mía?