El día que dejé de contestar el teléfono
Durante años fui la mujer que resolvía todo en mi familia, hasta que un día decidí dejar de ser la que siempre está disponible. Mi nombre es Marta, tengo 59 años y por fin aprendí a escucharme a mí misma y a vivir para mí. Esta es la historia de cómo el silencio y la soledad se convirtieron en mis mejores aliados para reencontrarme.