El huésped a la fuerza: Un fin de semana con los suegros
Desde el primer momento en que escuché el timbre, supe que mi tranquilidad se desvanecería. Cada visita de mis suegros es una prueba de paciencia y resistencia, donde mis deseos quedan relegados al fondo de la lista. Entre tareas interminables y expectativas familiares, busco desesperadamente un respiro que parece nunca llegar.