Nunca fui una buena madre: La confesión que lo cambió todo
Durante años viví con la culpa de no ser suficiente para mi hija. Solo cuando ella, ya adulta, me enfrentó con su verdad, entendí cuánto nos habíamos herido en silencio. Esta es la historia de nuestras heridas, de los silencios en casa y de cómo una sola frase puede romper años de distancia.