Nunca es tarde para el amor: Mi segunda primavera
Me llamo Maritza y hace tres años perdí a mi esposo, Ernesto. Desde entonces, he luchado contra la soledad, la culpa y las miradas juzgonas de mi familia. Todo cambió cuando conocí a Tomás, y ahora debo decidir si sigo mi corazón o me someto al peso de las expectativas ajenas.