Le entregué mi casa a mi hija, ahora me echa: una historia de traición y dignidad
Me llamo María y dediqué mi vida entera a mi familia. Entregué la casa que construí con mis propias manos a mi hija, Lucía, creyendo que sería mi refugio en la vejez. Hoy, escucho de sus labios que ya no hay lugar para mí; esta es mi historia, llena de dolor, decepción y lucha por la dignidad.